La aparición de nuevas tecnologías y el gran desarrollo que ha supuesto Internet en los últimos años, ha producido entre muchas cosas, un cambio en el comportamiento de compra de los usuarios. Esto está más que asumido y digerido. Todos estos nuevos procesos de compra han generado nuevos puestos de trabajo, profesiones casi inventadas y nuevos conceptos que quizás aún, nos suene a chino.

Hoy te vamos a hablar de dos conceptos muy importantes en comercio electrónico que quizás aún no conozcas. O si pero no sabías que se llamaban así. Hablamos de el «Showrooming» y el «Webrooming».

Showrooming hace referencia a aquellos clientes que acuden a una tienda física a ver de primera mano un determinado producto. Su textura, color, su apariencia real, cómo les quedaría. Y luego la compra la realizan por Internet.

Y el webrooming es un proceso que define justo lo contrario. Aquí el cliente busca toda la información del producto en Internet y realiza la compra final en la tienda física.

Dos conceptos contrapuestos que compiten por tener un mayor protagonismo. Hace algunos años el showrooming estuvo muy de moda. Muchos eran los que acudían a las tiendas en busca de referencias y valorar «in situ» el producto para luego llegar a casa y comprarlo a través de Internet, ya que los precios online son más económicos que en las tiendas físicas debido a la alta competencia con la que se enfrentan las marcas.

Actualmente, según recoge Merchant Warehouse, el webrooming se ha impuesto sobre el showrooming, sobre todo entre los compradores más jóvenes. El 75% de los hombres y el 63% de las mujeres prefieren buscar online y comprar offline. Esto supone que se ahorren los costes de envío, siendo una de las causas principales que apoyan su decisión final de compra. El no tener que esperar para poder disfrutar de su compra, es otra de las razones por las que prefieren hacerlo en las tiendas físicas. Por otra parte, un 53% de los hombres y un 40% de las mujeres prefieren comprar en Internet esos productos que previamente han visto en la tienda física. 

Todo esto nos hace reflexionar que, aunque bien es cierto que el comercio electrónico está experimentando un importante crecimiento en estos últimos años, aún nos queda mucho trabajo por delante. Facilitar aún más las formas de pago, envíos más rápidos y directos, facilitar la posibilidad de las devoluciones o cambios serían puntos interesantes a tener en cuenta para conseguir una mayor aceptación en las compras electrónicas. Con todo esto podemos concluir que hoy por hoy, los clientes usan Internet como principal fuente de información antes de comprar. Pero cuando se trata de formalizar el pedido, las ventajas que una tienda física proporciona prevalecen mayoritariamente sobre las condiciones de compras online.