Cuando pensamos hacia nuestros adentros: “Voy a ponerme a diseñar”, un elemento que debemos tener en cuenta a la hora de empezar, es la funcionalidad. Es decir, encontrar la solución a nuestro problema, que dicho diseño funcione tal y como estaba pensado. Me puede encantar una escobilla para el váter con púas de oro y diamantes, porque es moderna, atractiva y, sin duda, prodigiosa. Pero, ¿dónde está su utilidad? ¿Podré limpiar con ella la mierda o acabaré resignándome a comprar una escobilla “estándar”?

 Dieter Rams, diseñador muy ligado a la marca de electrodomésticos Braun, establece un buen manifiesto para poder valorar la calidad de un proyecto: “Diez principios del buen diseño”.

1. El buen diseño es innovador.

2. El buen diseño hace útil a un producto.

3. El buen diseño es estético.

4. El buen diseño ayuda a entender un producto.

5. El buen diseño no molesta, es discreto.

6. El buen diseño es honesto.

7. El buen diseño es duradero.

8. El buen diseño es minucioso hasta el último detalle.

9. El buen diseño se preocupa por el medio ambiente.

10. El buen diseño es tan poco diseño como sea posible.

 

¿Son suficientes estos puntos o es necesario añadir otros nuevos para crear un buen diseño? ¿Existirá el diseño perfecto a raíz de este manifiesto o, de lo contrario, el criterio propio, las emociones y sentimientos son quienes decidirán el destino de nuestro proyecto?

1395784615848